Quisiera volver a volar con mis alas, posarme en cualquier resquicio de cariño, sentirme como en casa y volver a batir alas cuando mi cansancio se haya ido, tras los últimos estertores de mi tristeza.
Hoy me mudo, quizás forzada por mi, tal vez invitada por ti, pero posiblemente buscando ser feliz.
Si me echas de tu vida y como pordiosera te mendigo migajitas de amistad, no me vengas ahora que me he ido a mi herida urgar, deja que se airee, que se cure sola, que el tiempo mitigue su dolor, que no se haga callo ni llaga, dejala por favor.
Me vengo a este rinconcito, aun por acondicionar, para una huida a mi libertad; quien mal me hizo, el mal me recuerda; quien no me quiso, de mis letras no se aleja.
Quizás me mal oculte o quizás fatal me esconda, pero quizás mi alma, tape su irreverencia con un mucho de autoestima, que nadie pisotee ni doblegue, por amistades baldías.
Bienvenidos a mi rinconcito.
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